-Por enfrentarme con mi letra, con lo fea que la tengo
-Por preferir que no te prefiriera
-Por entretenerte con mi isla interior mientras esperabas tu isla mediterránea
-Por aburrirte de nuestro parque con patos y buscar un parque de bomberos
-Por dejar que me colgara de ese clavo, sabiendo lo flojo que estaba
-Por colgar mi yelmo sobre tu chimenea
-Por agazaparte tras matojos de "losientos" y "nopuedos" para ocultar tu traje de "noquieros"
-Por aspirar mis "parasiempres", que sabías humo de "porahoras"
-Por presentarme a mi mejor yo para abandonarlo a merced de mi peor versión, quien lo asesinó por la espalda
-Por cambiar a un hombre pequeño por un niño grande
-Porque te creí Juana de Arco, y sólo eras un leoncillo en Oz
-Porque tu mirada de playa menorquina sólo fueron caramelos usados de menta
-Por contradecir tu nombre. Por convencerme de que el mío sabía a beso
-Por apoyar tu cabeza sobre un nombre corriente
-Por obligarme a escupir tinta y sangrar reproches
-Por matar el gusanillo con mis galletas porque se retrasaba tu plato principal
-Por echarme encima un cubo lleno de realidad, con lo que odio el alquitrán los jueves
-Por distraer a mis fantasmas para después llenarme las calles de bandidos
-Por dejarte olvidados tus olores en la mesita de noche
-Por hacer de mí hormigón cuando elegí ser chicle
-Porque dentro de unos pocos renglones nunca nos habremos conocido
-Porque me diste un trozo del mapa hacia el Nirvana, pero no tuve derecho a la parte con la equis
-Por convertirme en eterno deudor de mi amigo de acero
-Por alejarte rebotando como un balón de rugby cuando quise abrazarte fuerte
-Por construir tiendas de campaña sobre mis brisas de verano
-Por ser distinta, pero igual
-Por convertir nuestros 3 minutos en 300 kilómetros
-Por llenarme de huecos la ciudad
-Por enseñarme la única lección que nunca quise aprender
-Por que dejaras en Lola la peor de las cicatrices: la innecesaria
Sé que aseguré no ser persona de reproches (y sigo siéndolo), pero se trata de una cuestión de higiene mental mútua. No te preocupes, ni siquiera son balas de fogueo. Sólo un rifle de juguete disparando mi último tapón de corcho atado a un cordel, no te dolerá de verdad. Si te da en un ojo te joderá un poco, nada que no se arregle en un par de días. Ya verás.
Te deseo toda la felicidad posible en el pais de Oz. Yo por mi parte vuelvo a casa. Clac, clac, no hay nada como el hogar. Clac, clac, no hay nada como el hogar. Clac, clac, no hay nada como... En fin, ya sabes.
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