martes, 12 de enero de 2010

Si lo sé no ceno.

Empiezo a tener gusa. Decido cenar. Le echo un par y me asomo a la nevera. Uy, pizza barbacoa, con su salsita y todo. A ver, a ver. Guay, queda cerveza. De puta madre. Pongo el horno a precalentar unos minutos, programo la cuenta atrás del móvil y deambulo por la cocina. Paso de esperar más. Meto la pizza y me voy al comedor, a esperar. Mientras tanto sigo leyendo. Tengo una golosina nueva. “Cuando éramos honrados mercenarios”, de mi idolatrado Arturo Pérez-Reverte. Son artículos cortos, del XlSemanal. Me da tiempo a leer dos. Uno trata de una joven inmigrante que ayuda a un anciano. El segundo en cambio me altera la sangre. Va de banqueros avariciosos y políticos incompetentes. Como casi siempre. Cuánto malnacido. Me avisa el cronómetro. Llevo la pizza y la cerveza hasta la mesa, al borde de mi sofá. Me ajusto el nórdico. Busco el mando a distancia. A estas horas suelo ver “Padre de familia” en la Fox. No lo encuentro, a saber. Bah, pues dejo Telecinco. Noticias. Uau, la pizza quema. Es igual, tengo hambre. Me la juego y muerdo a ciegas, mirando la tele. La iglesia no cree que “Avatar” triunfe. Califica la historia de blanda. Jeje, me río de lado. Zapatero a tus zapatos, pienso. Curas que hablan de más y periodistas que no encuentran otra cosa. Menuda combinación, como los mejillones con nocilla. Sobresalto, comienza otra noticia. Ciertas informaciones indican que se planearon atentados contra Jose María Aznar hasta en tres ocasiones. Más el atentado fallido en el noventa y cinco, cuando lo del coche blindado. Quién sabe qué gallo nos cantaría a estas alturas. Con algo de suerte, ni hubiéramos tenido un 11-M. Pero claro. No está mal la pizza. Parece que el alcalde de Polop fue asesinado por razones urbanísticas. Como no se avenía a mis razones, las del ladrillo, contrato a dos sicarios checos y a otra cosa. Más me duele a mí, créeme. Pero mis hijos tendrán que comer y vestirse, entiéndeme. Además, eso te pasa por cabezón, así que matarile-rile-rile. Echo un trago de cerveza, por si me hace de punto y aparte. No hay indicios de que “Air Comet” cometiera estafa. Aunque los billetes que vendía fueran cromos de Oliver y Benji. Da igual que cientos de trabajadores llevaran meses sin cobrar. Tampoco importa la gente que se quedó con cara de liebre en mitad de una carretera comarcal mientras le das las largas. Qué raro, no nos llaman para embarcar. Bueno, se recurrirá. No sé para qué. A ver si la siguiente. El paro seguirá aumentando hasta el primer trimestre del 2011. Este año también nos lo comemos sin cocinar, frío de la nevera. A pelo. Mierda. Pues esta tampoco. Un grupo de trabajadores montan guardia en la puerta de la fábrica, para que los dueños no recojan “su” maquinaria. No cobran desde agosto, pero el paro tampoco procede. En el limbo, dice el periodista. Yo como hace meses de lo que me pueden prestar mis padres jubilados , dice un afectado. Hasta marzo no sale el juicio. Y luego papeleo, claro. Hasta entonces hacen turnos frente a una fogata. Supongo que mientras comerán aire. Aire frío del carajo. Y beberán mala hostia, qué si no. Yo al menos tengo pizza y cerveza barata. Pero está dejando de apetecerme. Y ver las noticias también. Odio cenar con cara de asco. Bajo la mirada. Me centraré en el plato. El gobierno controlará los sueldos de los controladores aéreos. De media cobran casi cuatrocientos mil euros anuales. Más pagas. Más horas extras. No mires, no mires. Sigue con tu pizza. Claro, por esto siempre veo la Fox a estas horas. Bendita ignorancia. La presentadora cambia su tono. De grave a jocoso. La segunda mitad del telediario. La de los deportes. Bueno, la de los futbolistas. Esos que se niegan a pagar los mismos impuestos que pagamos todos los obreretes capullos. Ellos lo merecen, piensan que pensamos. Lo peor es que así es. Por eso pongo el piloto automático, para no verlos sufrir. Uy, uno se ha roto un ligamento. Maldita sea, este mes la hipoteca le vendrá ajustadita. Esta sección del telediario suele venir trufada de noticias de relleno. Desatada la fiebre de “Avatar”, algunos jóvenes incluso están empezando a aprender el idioma de la película, el Na´avi. No doy crédito. A veces no me merezco mis coetáneos. Cuantísimo gilipollas. Ah, claro. Flashback. Ahora ato cabos. Si es que no nos merecemos mucho más. Mierda.
Hoy paso del postre.

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